17 agosto 2011

Animales que contienen Material Humano, ¿ficción o realidad?



Renombrados científicos británicos ha redactado un informe titulado “Animales que contienen material humano”, donde explican las implicaciones éticas que rodean a la existencia de animales con células humanas.

 Los autores, todos ellos científicos de renombre mundial, exponen sus puntos de vista sobre el problema ético derivado de la implantación en animales de células y/o genes humanos con la de marcar un límite que se cree no debe traspasarce. 

En China están implantando células madre embriónicas en cabras, mientras que en EE. UU. se estudia la idea de introducir células cerebrales en ratones…

Hoy día, los investigadores introducen células de tumores humanos en ratones para probar nuevos fármacos contra el cáncer. También se crean ratas con lesiones similares a las que les causaría un derrame cerebral para comprobar si mejoran después de someterse a implantes cerebrales de células madre humanas.

Martin Bobrow, profesor de Genética de la Universidad de Cambridge, líder el grupo de trabajo, alerta del riesgo que conlleva la realización de experimentos peligrosos con primates y propone la llamada “prueba del gran simio”, consistente en observar si un mono modificado con material humano comienza a adquirir capacidades similares a las de un chimpancé, momento a partir del cual habría que parar.

Thomas Baldwin, miembro de la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido, dijo que el problema radica en la introducción de un gran número de células cerebrales humanas en el cerebro de los primates, lo que según él “podría transformar súbitamente” el comportamiento del primate en aquellas habilidades que distinguen a los seres humanos, como el lenguaje.

Los científicos consideran que debe ponerse en la balanza la importancia médica del experimento que ‘crea’ un ser vivo de estas características, con los sufrimientos del propio animal, los de sus ‘vecinos’ de jaula y los del personal humano que trabaja con ellos.

Se supone que el estudio del informe a nivel gubernamental debe conducir a la elaboración de regulaciones y a la formación de un consejo de expertos adjunto al Gobierno. Los autores del documento esperan que Gran Bretaña impulse un debate a nivel mundial que desemboque en la aprobación de normas éticas sobre este tipo de experimentos.

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